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madridkitsch

idioteces imbéciles

Sentimos rebajar el nivel de nuestra publicación, pero el deber es el deber, y hoy domingo (nada mejor que una mente nublada y resacosa para criticar) nos llama. Hasta el 27 de marzo la escena madrileña será castigada con esta ¿obrita? que intenta dar un giro teatral a la stand-up comedy, tan sencilla y tan inmejorable -de momento- como la del agua. Durante casi dos agotadoras horas el espectador tiene que sufrir chistes viejos, gracietas estiradas como los gayumbos de Álex de Laiglesia y moralina pseudopseudoprogreprofunda casi de lector adolescente de Hermann Hesse. Aún no son nada (kitsch, queremos decir), pero algún día nos reiremos tanto de ellos como de las películas de tesis de Summers.

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